Alguna vez has visto la luna después de que paso un huracán?.Un día miércoles, una tarde como cualquier otra, estaba inmersa en mis ocupaciones diarias.Me encontraba entre un consultorio y otro, trasladando papeles, cintas de video, ciento y tantos reportes de pacientes. Cuando había logrado reunir los datos de mi proyecto, la tarde caía y exhausta me “desparrame” en el sillón. Tomando una merienda, escuche el silbido del viento afuera y no pude contener la risotada al compararlo con esas películas de terror que me provocaban pesadillas de pequeña.Pero el viento empezó a soplar tan fuerte que termino sacudiendo las persianas y haciendo volar papeles por todas partes. Fue entonces que sentí esa corazonada que me hizo ponerme de pie, acomodar todo y salir en retirada más temprano de lo usual.Afuera el cielo estaba encapotado y en el horizonte los relámpagos preludiaban una tormenta.Luego de una larga noche, daban cerca de las 2 a.m. Y el viento continuaba soplando; pero lo peor ya había pasado. Me recosté en el balcón a recibir el fresco del viento. Y cuando mire al cielo…Oh Dios! , estaba tan diáfano: las estrellas más brillantes y visibles que nunca, y la luna…tan hermosa y transparente, iluminándome en ese momento en que estaba en tinieblas.Viendo la silueta de esa enigmática que tanto me atrae; allá, flotando en el cielo como si nada hubiese pasado…la idea fluyo espontánea.No se como, ni de donde; pero me encanta esta inspiración que arremete en el momento menos sospechado. Y es que precisamente me encuentro más de una vez sumergida en ese ciclo de apatía y sueno en despierta que tanto aborrezco.En fin, la idea vino como esto:Si el cielo se despeja completamente de toda polución, quedando tan diáfano y permitiendo ver sus encantos; esas esferas celestes girando en nuestra galaxia después de ser agitado por un fenómeno natural. No sucederá lo mismo en nuestras vidas personales?, acá en los que vivimos con los pies sobre este planeta?.No será que aquellos momentos que llamamos catástrofes, desgracias personales, eventos dolorosos, actúan como huracanes en nuestras vidas?.Aquellos agentes agresivos, que vienen a robarnos la calma y la alegría, aquellos momentos inesperados que nos borran la sonrisa y nos cubren de lágrimas los ojos sin previo aviso.No actuaran como huracanes que sacuden nuestras bases, vuelan por los cielos nuestra quietud, confunden nuestras decisiones y al final; cuando todo pasa y viene la calma…no será que quedamos diáfanos?. Cuando todo es superado, aceptado y perdonado…no será que empezamos a brillar mas que antes?, iluminando incluso la oscuridad de otros.Y voy a ir mas allá incluso: que sucede en el momento en que una tormenta se avecina?. Unos corren a resguardarse, paraguas en mano toman sus precauciones. Otros simplemente continúan con su rutina, y otros vuelven a casa mas temprano de lo usual. No repetimos estas mismas acciones, a manera de simple comparación metafórica, cuando nos vemos de frente a una circunstancia personal?.Y cuando el huracán atraviesa la ciudad, unos se esconden en sus casas preocupados por los danos posteriores, otros se aseguran de que no vaya a haber daño alguno, y otros continúan despreocupados haciendo alguna actividad distractiva, y otros incluso; aprecian la oportunidad de un día diferente en casa.Si lo vemos reflejado al plano personal, a nuestros mundos y vidas emocionales. No hay similitudes?, muchos reaccionamos prácticamente de manera idéntica a nuestros “huracanes personales”. Ahora, el que “quedemos despejados”, “diáfanos” e incluso logremos expresar con mayor certeza lo mejor de cada uno, dependerá de cómo reaccionamos precisamente.“Unos continuaran dormidos, otros ya no podrán dormir mas estando despiertos por fin”.
Thursday, November 20, 2008
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